29/01/2025 |Artículos de opinión , Jóvenes

2025 es la excusa para crecer, acercarnos y desarrollar el movimiento cooperativo

Por Ana Aguirre, presidenta del Comité y la Red de Juventud de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI).

El primer anuncio del Año Internacional de las Cooperativas o IYC25 (por sus siglas en inglés) se hizo en 2023 en noviembre, en la asamblea general de la región de Asia Pacífico de la Alianza Cooperativa Internacional que se celebraba en Manila, Filipinas, durante uno de los paneles en los que participó Andrew Alliadi, desde Naciones Unidas. Si bien este fue el momento y el lugar donde se desveló la noticia, con más o menos sorpresa, este nombramiento es fruto del trabajo que se hace en la Alianza Cooperativa Internacional y en el sector cooperativo para visibilizar el impacto de este movimiento en las agendas globales. A partir de ese momento, se ha ido construyendo toda la identidad alrededor de ese año 2025, con el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”.

En junio de 2024 se hizo el “soft launch” en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas; y el siguiente evento, que suponía ya el lanzamiento oficial, fue la Conferencia Cooperativa Mundial en Nueva Delhi, a finales de noviembre. Y es aquí donde puedo hablar desde mi perspectiva como representante de juventud. 

Una de mis prioridades era que la juventud estuviera representada en la mayor parte del programa. Que las personas jóvenes pudieran estar incluidas en los paneles de discusión no por su edad, sino por su conocimiento de los temas y que, de esta forma, se fueran rompiendo barreras en la percepción de la contribución de las personas jóvenes al movimiento. 

Es verdad que es importante hablar de transición generacional en el cooperativismo, porque no somos un movimiento necesariamente joven; pero cuanto más acudo a reuniones o foros de discusión, más creo que este no es un reto solo del movimiento cooperativo, sino de multitud de sectores en todas o casi todas las fórmulas empresariales.

Sin embargo, el movimiento cooperativo, como dije en el panel de Delhi que facilité junto a un grupo de personas increíbles, es un movimiento estructuralmente transgeneracional. Probablemente una de las únicas fórmulas jurídicas que, en general, implica que se vayan integrando personas de diferentes edades, generaciones, en los espacios de decisión, gestión, propiedad o desarrollo.

En Delhi tuvimos la oportunidad, no solamente de tener personas en paneles temáticos y sesiones plenarias, sino, también, de liderar un evento paralelo llamado “Coopathon”, que reunió a más de 40 participantes de más de 20 países y se preocupó en dialogar y desarrollar conexiones, identificar retos específicos en base a cinco temáticas -Jerarquía, equipo y gestión; Comunicación; Construyendo puentes; Educación y divulgación y Desarrollo de nuevos proyectos- y ser capaces de desarrollar soluciones en forma de juegos a los retos identificados. Aunque el proceso no fue fácil y durante los dos días y medio en algunos momentos parecía que no íbamos a conseguirlo, al final conseguimos desarrollar seis juegos funcionales, que fueron testados por participantes de todo el congreso durante dos horas de demostración en el hall principal.

Y ya que sabemos lo que hemos hecho hasta ahora, os comparto lo que pienso, que son reflexiones mías, que claramente van en consonancia con las agendas, pero que me permito que leáis casi desde una perspectiva de deseo. Porque tengo un amigo que cuando hablábamos de retos o de los asuntos que me preocupaban, siempre me pregunta: “pero, ¿eso es lo que crees o es lo que quieres?”.

Del Año Internacional de las Cooperativas 2025 espero:

  • Unidad y alineamiento: que nos permita unir el movimiento a todos los niveles (sectorial, regional, nacional, global). Que nos coordinemos para reforzar y apoyar todos los actos, las propuestas y las iniciativas que se vayan desarrollando, teniendo en cuenta los niveles de influencia y el marco común. Sin pisar agendas, con solidaridad y con cabeza. Compartiendo y demostrado que cooperar es una actividad natural del movimiento cooperativo.
  • Influencia: que nos permita dar pasos y abrir puertas que de otra forma no daríamos o no abriríamos. Nos da la oportunidad de utilizar el año como excusa, entre nosotros, con las instituciones, con la ciudadanía, con las personas e instituciones socias. Nos da marco, nos da una línea temporal y de alguna forma me encantaría que nos sirviera como rampa de aceleración para proyectos e iniciativas que están en el tintero o en esa línea interminable de “pre-partida” que tenemos casi todos.
  • Perspectiva y magnitud: que seamos capaces de mirar cerca y lejos a la vez. Que seamos capaces de demostrar a la vez la capacidad de cohesión y arraigo territorial del movimiento cooperativo, el impacto directo en la comunidad, la propiedad compartida a nivel local y la generación y distribución de la riqueza y cómo impacta a novel territorial. Pero que a la vez seamos capaces de demostrar que lo que es territorial en lo nuestro está conectado con lo que es territorial en miles de sociedades a nivel mundial y que junto, crea un movimiento responsable, solidario, rico, competitivo, vivo, unido y global.
  • Trascendencia: un año de celebración propia. Pero este año debe ser una fórmula de lanzar iniciativas, proyectos, actividades, agendas… que trascienden ese marco temporal de 2025. Es un trampolín, es un horizonte, pero diciembre de 2025 no es un abismo, es solamente el principio del camino y tenemos que trabajar con eso en mente. Además, está el plano de transcendencia de influencia. Tiene que ser un año de celebración cooperativa, pero se tiene que “enterar todo el mundo”. Tiene que permear más allá del movimiento, tenemos que ser capaces de llegar a personas, entidades e instituciones que normalmente no tendrían “una excusa” por la que enterarse. Además, a los que estamos dentro, creo que nos tiene que “influir” más allá del año.

El programa de actividades será completo y habrá para todos los gustos. Saldrán mejores y peores iniciativas, pero espero que el Año Internacional de las Cooperativas sea la excusa para crecer, acercarnos y desarrollar un sistema de negocios que es más democrático, más humano y sostenible que muchos otros. O al menos, que acabemos sabiendo que no lo podríamos haber hecho mejor.


Ana Aguirre es co-fundadora y socia de la cooperativa de trabajo asociado TAZEBAEZ, establecida en Bilbao pero que opera a nivel mundial. El equipo promotor de TAZEBAE surgió en LEINN, el grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación de la Universidad de Mondragón. La cooperativa desarrolla su actividad en tres pilares: formación (formal, no formal, programas largos y cortos, en colaboración y a medida); consultoría de innovación, de desarrollo cooperativo, de estrategia, de desarrollo de equipos; y comunicación, incluyendo ilustración, animación y diseño. 

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