Las cooperativas realizan inversiones en implantación de
medidas conjuntas para reducir y mitigar el impacto medioambiental, luchar
contra el cambio climático, mejorar la eficiencia energética, instaurar la
economía circular, el reciclado de los productos, la reducción plásticos, la
eficiencia en el transporte, las cadenas cortas de suministro, la eficiencia de
los procesos, bienestar y salud animal, etc.
Todo ello se traduce en sostenibilidad económica (las
cooperativas mejoran la rentabilidad de las explotaciones de sus socios y
socias y, además, les ofrecen servicios en la producción y comercialización), sostenibilidad
social (creando empleo en los pueblos y frenando la despoblación) y
medioambiental (implantando proyectos conjuntamente en eficiencia energética,
economía circular, etc.).